jueves, 27 de diciembre de 2012

Imagen habanera de Corea del Norte.

Cada día, subo la avenida más suntuosa de La Habana, en la barriada de El Vedado: la calle Paseo. En un momento convergen, en la misma acera dos embajadas con sendas monarquías constitucionales, la una senil, la otra pragmática. Son las del Reino Unido y la llamada República Popular Democrática de Corea, o sencillamente: Corea del Norte. Sabemos de los miles de trancos  y atravancos, del caos de los Kim creídos king, creídos dioses. Tanto , que si hubieran atentado contra la vida de Kim Il Sung- y por favor, no lo deseo a nada-, antes que magnicidio devendría en un pseudo deicidio.

Pero, increíblemente, el post modernismo  toca lo supuestamente intocable. Hasta los dioses.
 La mañana pasada, me topé con una muchacha de rasgos asiáticos, a las puertas del caserón que guarda la legación diplomática coreana. Vestida con una blusa de boutique, zapatillas deportivas y los blue jeans, hubiese terminado siendo una chinita más. Alguna turista que visita la isla en estos meses de alza. Pero,  y en aquel desenfado, lejos de misiles y ojivas nucleares y paralelo 38, aquí, en La Habana y barriada aristocrática de El Vedado,  estampaba en su pecho la metálica banderita roja con el rostro de Kim Il Sung.
una foto, y el post-modernismo quedaría retratado. Una foto  y nada más.

1 comentario:

  1. CHAMA FELICIDADES POR TU BLOG DE VERDAD TU SABES QUE SI NO LO PIENSO NO LO DIGO

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