Me dieron una estrellita roja en la
escuela, pero no tiene un ancla dorada. Dijo mi sobrinito de cinco años , que
va al preescolar, cuando vio en mi bolso una insignia del Ejército Rojo, con la
hoz y el martillo.
No es un ancla, le expliqué
riéndome, es un martillo –dibujándolo separado-, que representa a todos los
trabajadores de las fábricas, los trenes, los barcos…”¡y la lanchita de
Regla!”, también , también…y me reía un poquito más.
Y esto- le fui dibujando una hoz-,
es… “¡un garfio, el garfio como el de todos los piratas, y el jefe es el
Capitán Garfio!”. La risa entonces fue compartida por los otros presentes. Bueno,
le contesté sonriéndome, no es precisamente un garfio, es un instrumento que
usan los campesinos para trabajar…”¡No! Los piratas no van al campo a trabajar,
los piratas hunden barcos y tienen una isla llena de tesoros!” Me di cuenta que
tenía que seguir por la cuerda del niño, y me acordé de una historieta infantil
cubana, devenida en dibujo animado. “Pablín, pero Rui la Pestex no tiene garfio,
ni tiene isla con tesoro ninguno, al revés, se quiere quedar con la Isla del
Coco”. “Pero eso no es un pirata de verdad , es una rata, tío, y además, es un
muñequito…” . Poniendo una cara como pensando, si su tío Frank era bobo o
estaba jugando con él.
Pero el tío ni era bobo, ni estaba
jugando con él. El tío, pensaba, cómo, solamente unos poquitos años atrás, el
sobrino hubiese asociado aquella imagen con la bandera de un país frío…donde la
nieve se derritió.